GLOBALICEMOS LA LUCHA 
Y LA ORGANIZACION DE CLASE

Panamá, Irak, Somalia, Yugoslavia, Palestina, Afganistán, Argentina. Se agranda la lista de los países que son víctimas del saqueo y los ataques cada vez más destructivos por parte del imperialismo occidental.

Agresiones militares bendecidas por las Naciones Unidas; bombardeos terroristas que no descartan el uso de armas atómicas; bloqueos económicos; aplastamiento de Estados y de enteras economías bajo el peso de la deuda externa y las reglas de mercado que los órganos de poder controlan a través de los organismos internacionales como la OMC, el FMI, el Banco Mundial. Una agresión que desmantela una economía como la argentina, necesita al mismo tiempo desmantelar esa poca resistencia que se origina en Afganistán y que, con métodos de sometimiento distintos en una y otra parte del mundo, expresa la misma necesidad de explotación y expropiación cada vez más global de cada espacio geográfico y económico, de cada recurso natural, humano y ambiental.

Los explotados del Sur del Mundo, están oponiendo a esta ofensiva de las clases al poder y del imperialismo, una fuerte e interesante capacidad de resistencia y lucha: Desde las luchas de las masas arabo-islamicas en Palestina hasta las luchas de resistencia contra los feroces bombardeos y bloqueos económicos en Afganistán e Irak. De los paros generales de los trabajadores coreanos a la organización de las luchas campesinas en India, Brasil, Zimbabwe y Sudáfrica. De las extraordinarias movilizaciones en Pretoria y Durban contra las multinacionales farmacéuticas y a favor de la Intifada palestina, a la rebelión de las masas argentinas y demás luchas en suelo latinoamericano.

La ofensiva del capital globalizado golpea fundamentalmente a los países del Sur del Mundo, del Este Asiático y Europeo, pero comienza a hacer sentir sus efectos sobre las masas de explotados en los países industrializados.

También en el opulento occidente la crisis de este pútrido sistema social castiga sus poblaciones, las cuales comienzan a movilizarse a partir de un conjunto de circunstancias, luchas y sentimientos contra la injusticia y el degrado que el sistema genera, constituyendo un movimiento internacional de protesta.

Las masas empiezan a hacerse sentir, a entrar en acción en primera persona, tomando en consideración cada aspecto particular del degrado general, de la alienación de la condición humana, de la destrucción del ambiente, de la preservación del clima, por la liberación de la mujer, contra la rapiña y las guerras de agresión occidental, contra el empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo, contra la iper- explotación de los inmigrantes, etc, etc.......

Los trabajadores, los jóvenes, las mujeres perciben que la propia condición de relativo bien estar comienza a estar amenazado por los efectos de la globalizacion; que no están exentos de injusticias; que la opresión que ejercen los centros de poder niegan toda posibilidad de una existencia humana digna a tres cuartos de la población mundial y que sobre esta situacion, el imperialismo garantiza a sus propios trabajadores en las metropolis un modo de explotación y opresión privilegiado.

Nosotros, comunistas internacionalistas, saludamos la puesta en marcha de estas luchas, de estas energías y pasiones que se encontraron a partir de Seattle aunque por motivos diversos, pero juntos, compartiendo y comprendiendo las razones y las luchas de los explotados del Sur del Mundo. Nosotros somos parte de este movimiento mundial de explotados, nos damos cuenta de ser explotados por "nuestros" propios gobiernos y por "nuestro" propio imperialismo occidental ( no solo norteamericano, sino también europeo e italiano).

Somos conscientes que la unión de las luchas entre el Norte y el Sur del Mundo, solo podrá realizarse si los que militan y luchan al interno de los pises industrializados lograran movilizar las fuerzas antagónicas contra el propio imperialismo. Lo hacemos porque "un pueblo que oprime otro pueblo jamas podrá ser libre", de modo que, la causa del proletariado hermano del Sur del Mundo es nuestra causa, que en el sistema desigual y combinado somos conscientes de tal opresión del capitalismo mundial.

Instaurar un proceso de acercamiento e identificación con la rebelión de masas de los explotados del Sur del Mundo no será fácil y no lo damos por descontado y el inicio de un proceso por el estilo, que sea capaz de poder dar una mínima respuesta al fuerte llamado que nos llega de las luchas de los explotados del Sur del Mundo esta todavía lejos de poder producirse aquí en campo occidental.

Sin embargo, teniendo en cuenta las movilizaciones de Seattle, la Marcha de las Mujeres, las manifestaciones de Génova, podemos decir que el inicio es prometedor. Son los primeros señales que evidencian un único problema para los explotados del mundo entero, y que es el putrefacto sistema capitalista mundial.

Nosotros como comunistas internacionalistas, dirigimos todas nuestras energías en dirección de la decisiva unificación de las luchas. Trabajamos cotidianamente para lograr la organización de los inmigrantes y su unión con el movimiento obrero de la metrópoli, como factor indisoluble del frente único de los explotados. Nuestra constante participación en las cuestiones internacionales, hace que tomemos parte concretamente sin considerarlas como hechos aislados o lejanos, o simplemente como objeto de comentario, sino llevándolas al seno del proletariado occidental, expresando la necesidad de apoyar incondicionalmente la lucha de las masas del Sur del Mundo contra "nuestro" imperialismo.

Valorizar la resistencia y la sublevación de los explotados del Sur del Mundo e identificarse con esto es fundamental para la unificación de las luchas y solo así podremos demoler los muros y saltar los obstáculos que el capital nos ha creado con el tentativo de mantenernos separados, divididos y así lograr que no nos reconozcamos en las mismas causas y deseos de liberación como parte integral de una misma y única batalla.

El imperialismo teme la lucha de los oprimidos, sobre todo si esa lucha se unifica con los oprimidos de las metrópolis, por eso ataca y criminaliza la lucha de los explotados del Sur, pintándola a los ojos de los trabajadores occidentales como una cosa lejana, local y equivocada.

El imperialismo aterroriza con violencia inaudita a los pueblos que no se pliegan a su propio dominio, calificando las propias acciones criminales como "misiones humanitarias" o "misiones de paz" o de "justicia infinita" y califica en vez de terroristas todos aquellos que reaccionan y luchan contra su acción de rapiña y represión con el tentativo de criminalizar, aislar y reprimir la insurgencia de las masas oprimidas.

Nosotros, en cambio, debemos reconocer, valorizar y unirnos a la lucha de las masas en cualquier lugar que ellas resistan y combatan contra el imperialismo. Así como, las Madres de Plaza de Mayo han podido ver en la resistencia de las masas islámicas su propia resistencia y la resistencia de todos los explotados del mundo, así

nosotros debemos trabajar para identificarnos con las razones y la necesidad de dar una única respuesta a la falsa propaganda imperialista y para esto nuestra lucha debe crecer y fundirse en una única lucha con un programa y una dirección apropiada. Solo así podremos tener la fuerza necesaria para rechazar el ataque del imperialismo.

Aunque con dificultad y contradicciones, es a través de la lucha que empieza a surgir la pregunta de como canalizarla y hacia donde y contra quien llevarla adelante.

Es justo que los "pueblos" reivindiquen el fin de la estrangulación y de la expropiaciòn por parte del capitalismo internacional, pero ¿como es posible llegar a esta perspectiva? Con el pedido de "democratización desde abajo" apelándose a la buena voluntad de las instituciones del capital?. ¡NO! El capital no bajara la presión de sus instrumentos de opresión, FMI, OMC, etc, multiplicara el despliegue de sus cañones y no sacara sus fauces del hueso a menos que no se lo agarre por el cuello. Y esto lo harán las masas, dándole un giro radical a la propia lucha y a la propia fuerza.

Depositar la confianza en las instituciones donde se albergan los representantes del capital para la solución de los problemas, o en los pedidos de reformas dirigidos a los buenos oficios de las Naciones Unidas, significa negar cualquier perspectiva a nuestras acciones.

Urge la necesidad de unirnos – como trabajadores y explotados de todas las razas, naciones, religiones, generaciones, sexo- en una batalla y perspectiva unitaria. El respeto por las "distintas exigencias" y "culturas de los pueblos" no puede darse como retiro de cada uno a su propia "cascara" nacional abstrayéndose a la globalizacion, pues esta perspectiva seria una pura ilusión.

Ninguna cuestión se resuelve separadamente y menos aun dentro los confines nacionales de este o aquel país, ni en Palestina ni en Afganistán ni en Argentina. Hay que ir a la raíz del problema, y la raíz del problema esta en el hecho de que la riqueza creada por el trabajo social en todo el planeta fue chupada por el capitalismo y un grupito minúsculo de explotadores.

Para resolver el problema, es necesario que la humanidad reconquiste todo el trabajo social, lo incorpore y lo utilice en función de sus necesidades. En consecuencia, el programa unificador es aquel a través del cual se logre la destrucción del capitalismo. Los hechos demuestran fehacientemente, que la reforma del capital con fines humanos es imposible. La burguesía imperialista defiende en todos lados los privilegios de una minúscula clase de explotadores oponiendo la más sanguinaria violencia a cada instancia de emancipación y rescate de la mayoría oprimida.

El universo de los oprimidos debe reconocer en el sistema capitalista mundial al propio enemigo, ya que agotada desde hace tiempo su escasa función progresista, siembra solo ruina y barbarie y por lo tanto solo con su derrota y destrucción se podrá liberar a la humanidad de la opresión. El camino hacia un futuro mejor solo se lograra cuando las masas políticamente activas conquisten el control de toda la producción social impidiendo de ese modo la apropiación indebida en provecho de pocos y la distribución del bien colectivo a todos.

Entonces: Lucha común e internacional, para reconquistar las reservas de bien social comunes a toda la humanidad.

Si estos son los problemas que tenemos por delante, reconocerse en la Europa "social" y de "los pueblos" significaría atar, mas o menos conscientemente al movimiento de los explotados detrás del carro del imperialismo europeo. La quimera de que una Europa opuesta al coloso norteamericano, seria la salvaguardia de los derechos de los trabajadores y estaría dispuesta a dialogar con los pueblos del Sur es solo una gran mentira.

Los Estados capitalistas de Europa, son los primeros colonialistas e imperialistas que surgieron sobre la faz de latierra. ¡La Europa del dialogo no existe!. También esa Europa de tintes "sociales" y de "izquierda", hace tiempo que esta contra los explotados del mundo. La pudimos ver en acción en Irak, y en Yugoslavia; tambien la vimos en accion en las represiones policiales que se llevaron a cabo en Praga, Goteburgo y Genova; lo vemos tambien en la criminal agresion en Afganistan, donde Europa participa en primera persona, como asi tambien en la ofensiva lanzada contra los propios trabajadores europeos, contra los trabajadores inmigrantes como primer ( pero no esclusivo) blanco.

Entonces, para que la lucha avance hacia la justa perspectiva, es necesario dar batalla también dentro del movimiento de los reformistas y chovinistas, sin importar de que color sean, consolidando los propios objetivos inmediatos a esta perspectiva.

Globalizemos la lucha y la organizacion de clase 

Retomemos entonces el hilo que se tejió en Durban para lanzar la movilización internacional al lado de la Intifada en Palestina. Exijamos el cese inmediato de los bombardeos sobre Afganistán y el abandono de su suelo de las tropas imperialistas. Apoyemos la rebelión de masas de Argentina capitalizando su ejemplo. ¿ Acaso es posible contrarrestar el estrangulamiento económico de los países dominados con la introducción de la Tasa Tobin? Pero sobre todo ¿ se puede hacer sin el trabajo de organizar y oponer la fuerza de las masas a la terrible maquina de opresión económica y represión del imperialismo?. Hoy, la sublevación argentina nos llama con fuerza para exigir la anulación de su deuda externa. Para ello nosotros debemos asumir ese objetivo con la certeza de poder unir el destino de la clase trabajadora y de los explotados de cada país – fundamentalmente de los países acreedores- con la de los hermanos explotados argentinos, preparándonos a sostener su lucha contra el pago de la deuda externa y a poner en el campo de batalla nuestra lucha contra los depredadores imperialistas, los cuales descargaran sobre los explotados de acá y de allá las consecuencias de su nefasta obra de rapiña.

Es desde el corazón de la lucha de las masas depredadas y agredidas por el imperialismo, que empieza a nacer la necesidad de una organización política que sepa unificar, organizar y coordinar la lucha. Este es el ejemplo que emerge de la rebelión argentina, como así también de la heroica resistencia palestina.

Nosotros, comunistas internacionalistas, nos comprometemos a apoyar los conflictos que se mueven en esa dirección con nuestro trabajo y a recoger y dar continuidad a los contactos internacionales, como así también a fomentar el debate, difundir información e intercambiar experiencias.

El proletariado argentino en rebelión, de ahora en mas, deberá establecer una fase de oposición a toda forma de gobierno posible bajo el mismo horizonte capitalista y derrocar en las plazas a todos los gobiernos y fuerzas políticas que se inspiren o sean expresión del sistema que, aplicado por ellos mismos, llevaron al pueblo argentino al desastre. Este será otro ejemplo mas que deberemos capitalizar.

La perspectiva emancipadora e los explotados no podrá pasar por el triunfo electoral de las instituciones del capital ni con la participación a estas. Tal perspectiva requiere la conquista del poder de decisión de la sociedad, sobre las cuestiones como la producción, la riqueza social del mundo en una única clase –el proletariado internacional- que la ha producido y la produce con su propio trabajo. No es un objetivo que se realizara pasado mañana: lo sabemos, pero sabemos también que esta vivo en cada lucha popular contra la explotación globalizada del capital imperialista y sus lacayos.


ORGANIZZAZIONE COMUNISTA INTERNAZIONALISTA